jueves, 1 de mayo de 2014

Renacimiento.

Y así se van cayendo como el aguacero las hojas disecadas en el tiempo, como constantes recuerdos dispersos en la neblina,  sin concebir lo que se perdió  por algún fallo, pero aun a pesar del temporal con la frente en alto buscando su libertad, la caza de lo memorable que en algún  lugar del horizonte encontrará, se irá fluyendo como un golpe de suerte disperso en su alma, y entonces al llegar a ese estaxis ya no habrá pena y volverá a ser de nuevo.

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